¿A quién le importa?

¿a quien le importa?

Leo a todos un poco enfadados porque Pepe no ha tenido su minuto de gloria en ninguna parte. Ni una sóla foto en la web oficial de la maratón, ni una sóla imagen en ninguna parte, ni una mención ni tan siquiera en Teledeporte. Ninguna línea en ningún medio de comunicación, ni tan siquiera local. ¿A quien le importa un corredor sin patrocinadores que ha pagado con su esfuerzo la altísima cuota de inscripción, que no lleva marcas comerciales en su camiseta, que nadie conoce?

¿A quien le importa que un corredor sin nombre recorra sólo en cabeza 50 Km de la etapa reina de la maratón más dura del mundo? ¿A quien le importa si nadie sabe quien es que sea el primer europeo en cruzar la línea de meta a sólo 2 minutos del vencedor?

La verdad que más da. Todos estáis perplejos por el nulo caso que se le ha hecho a Pepe. Pero la pregunta buena sería ¿de verdad creéis que a Pepe le importa lo más mínimo? Todos hemos seguido cada segundo de esa etapa que quedará en nuestro recuerdo, hemos sufrido desde casa, desde el trabajo intercambiándonos emails cada segundo, compartiendo cada información que nos llegaba. No sé si habrá sentido toda la fuerza y nervios que le mandabais mientras luchaba contra el calor, la sed y las dunas, pero cuando regrese y vea el seguimiento real que ha tenido de la gente que le quiere os aseguro que eso le importará mil veces más que dos segundos de televisión.

Pepe no ha corrido para tener una foto en portada. Pepe ha corrido porque en su empeño personal y su forma de ver la vida le llevan a hacer realidad sus sueños. Por eso creo que lo admiramos, no porque corra más deprisa que otros, sino porque es capaz de que sus sueños se hagan realidad. Hace tiempo que uno de sus sueños era correr “Marathon des Sables” y al final lo ha conseguido. Luchando contra mil impedimentos económicos y laborales. Cuando por fin consiguió inscribirse su sueño se cumplió, pero cuando se consigue un sueño de repente aparece otro nuevo. El nuevo sueño de Pepe se llamaba etapa reina de la Marathon des Sables. Marcó la fecha de esa etapa en el calendario y se preparó para hacer la carrera de su vida. El primer problema es que sabía que los 50 primeros de la general salían tres horas más tarde que el resto de corredores, al verse muy fuerte en carrera vio claramente que estaría entre esos 50 primeros y en la segunda etapa decidió perder un buen puñado de horas para no estar entre los 50 primeros. Con esto sacrificó una gran posición general a cambió de intentar hacer realidad su sueño.

Llegó el día de intentar realizar la hazaña. Se puso en el grupo de cabeza para tantear el ritmo de los que corrían delante y evaluar fuerzas. Vio que las fuerzas le respondían y que era más fuerte que sus compañeros. Así en el Km 31 se marchó solo en cabeza a un ritmo frenético porque en la CP4 ya sacaba 50 minutos al segundo.

He pensado mucho que empujaba a Pepe a seguir corriendo tan rápido, muerto de sed, a 46 grados centígrados, corriendo sólo y sin referencias al ir tan solo en cabeza. He estado pensando que extraña fuerza le empujaba a seguir cuando el dolor de sus pies era insoportable, cuando sus piernas ya no respondían. He imaginado que cosas pasarían por su cabeza corriendo horas y horas sólo. Y por mucho que lo pienso la única respuesta que me sale es que estaba haciendo sus sueños realidad. Creo que eso es lo que importa, a pesar de los dolores, del calor y el sufrimiento extremo la sensación de haber logrado un sueño imposible debe dar una fuerza descomunal. Y es que Pepe siempre será distinto a la mayoría de nosotros simplemente porque es capaz de sacrificarse para hacer cumplir sus sueños.

Así que Pepe te admiramos por ser distinto y por conseguir que nos emociones, por hacer que esa frase tan famosa de Calderón de la Barca valga para todos nosotros menos para tí “Que toda la vida es sueño, y los sueños sueños son”. Ojalá sigas consiguiendo nuevos sueños porque nos emocionan cada vez que lo vemos.

Gracias por ser así