Así comenzaban los días en el campamento. Al poco de amanecer, sobre las 5:45, los encargados de desmontar el campamento, llegaban y, sin escrúpulos ni sentimientos y con la gente en los sacos aun metida, al grito de "YALÁ!!!!" te desmontaban el chiringuito en un suspiro. Qué momento!!! Los calificativos a estas horas para estos "desalmados" (jeje) no eran de los más bonitos...
martes, 13 de abril de 2010
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